Aice
  Newsletter N° 6 - Abril de 2012
 
René Lagos, Presidente de la AICE: "Los errores ocurridos en el terremoto se pueden evitar a futuro"

En la edición de marzo de la Revista EMB construcción se realizó una extensa entrevista al presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales de Chile, quien se refirió a los temas tratados en el IV Congreso de la AICE, entre ellos los referentes al terremoto del 27F.

Más de 200 ingenieros civiles estructurales tomaron parte del IV Congreso de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales, AICE, que se realizó en noviembre del 2011. Entre los principales tópicos abordados, estuvieron los cambios relativos a las normas, a partir de los nuevos decretos 117(que modifica aspectos de la NCH 433) y 118 (que remplaza la NCH 430). También se discutieron temas de administración y gestión de empresas, responsabilidad civil y penal  de los profesionales  y las nuevas tendencias tecnológicas  relacionadas al área estructural. René Lagos quien asumió el cargo en septiembre de 2011, afirma que resulta vital para la entidad promover las mejores prácticas entre los profesionales, ya que la comunidad espera que los ingenieros otorguen diseños seguros. Además, enfatiza, es importante que la AICE pueda compatibilizar la calidad de servicios que otorgan con la percepción que tiene la gente al respecto.


¿Cuáles con sus metas al frente de la AICE?
Uno de mis principales objetivos es continuar con el desafío de difundir las mejores prácticas de la ingeniería civil dentro de nuestros asociados y entre todos los profesionales de este sector, mejorando el estándar de servicio a lo largo de todo el país. Por un lado, nuestra labor hace un uso extensivo de nuevas tecnologías y, por otro, tenemos siempre presente el tema de los movimientos sísmicos al momento de los diseños que llevamos a cabo, motivo por el cual estos dos aspectos también son esenciales de abordar permanentemente. Solo en las últimas décadas hemos logrado obtener registros confiables de los terremotos con el aporte, justamente de los nuevas TI, que nos permiten calcular las solicitaciones de las construcciones y su comportamiento .


¿Qué conclusiones se plantearon en el congreso?
Hay varios aspectos relevantes que se plantearon. Primero que nada, se reafirmó la convicción de que con las normas y el conocimiento  que había, se actuó muy bien frente al terremoto.
Las fallas fueron menores. También destacó el hecho de que logramos desarrollar nuevos conocimientos que hemos ido compartiendo  con todos los colegios del sector, especialmente con profesionales ubicados en regiones que muchas veces no tienen acceso a este tipo de encuentros. Otro de los aspectos que discutimos fue que en el caso del sismo del 27F del 2010 hubi una serie de elementos no estructurales que sufrieron daños, como la tabiquería o el cielo falso, a los  que históricamente se les ha prestado poca importancia en Chile, pese a que constituyen dos tercios del costo final de construcción. Sin embargo, este tipo de situaciones, demuestra que perfectamente  un edificio puede quedar inhabitable con problemas de esta índole. Ahí tenemos el claro ejemplo de lo que ocurrió en el Aeropuerto de Santiago.

 
¿Qué temas trataron en el ámbito normativo?
Primero que nada, nos dimos cuenta de que había sueldos mal clasificados desde el punto de vista  de las normas vigentes. Suelos que eran asumidos como firmes, en realidad hoy se sabe que son blandos. Eso es claramente un conocimiento nuevo y ahora contamos con nuevos parámetros de medición, lo cual está parcialmente  incorporado en los nuevos decretos. En el caso de los diseños de los muros de hormigón armado, la norma no requería estándares de confinamiento que existen en normas extranjeras utilizadas como referencia, pero el terremoto demostró que esos confinamientos  son necesarios, por lo cual también se modificó.
Debo indicar, además que esta normativa es un gran avance y que si se aplica  bien permitirá reducir en forma significativa los daños. Una correcta fiscalización es vital, no puede existir solo autorregulación. El tema de los certificados de calidad también es indispensable.


¿Cada vez que ocurra un terremoto las normas pueden cambiar?
Si. Es posible decir que con las actuales normas vamos a estar bien. Eso seria similar a decir que el conocimiento humano ya alcanzo su limite. Cada terremoto es distinto y nos trae nuevas evidencias. Lo que ha cambiado es que antes los terremotos se percibían solo visualmente, en cambio hoy tenemos sensores y tecnologías superiores que permiten lograr mejores mediciones y a costos mas bajos.


¿Cuál es su evaluación de la ingeniería estructural en Chile?
Me parece que es excelente. Hay una estadística apartada por la Cámara Chilena de la Construcción  que señala que desde el terremoto de 1985 hasta el pasado megasismo, se construyeron cerca de 10 mil edificios habitacionales en la zona afectada hace ya casi dos años. Cabe destacar, además, que de ese total, casi dos mil corresponden a construcciones sobre nuevos pisos. Si evaluamos que hubo  solo tres edificios colapsados y que no más de 50 tienen actualmente orden de demolición, estamos hablando de un total de 53 como máximo, lo que equivale a un 0,5% del total antes señalado. En ingeniería estructural se asume que hasta un 5% es absolutamente aceptable e incluso se considera un éxito. Obviamente esto es visto desde un punto de vista global, pero si lo analizamos desde el detalle debemos preguntarnos si en esos casos particulares donde hubo fallas, se pudieron  haber prevenido.
Hoy día el conocimiento dice que si y se pueden evitar en el futuro tomando algunas pequeñas precauciones que no impliquen aumento considerable de los costos.


¿Cuáles son los desafíos que asumen como entidad gremial?
Uno de los grandes avances que hubo en este congreso, fue que logramos entender que es lo que la ley le exige a los ingenieros en la materia de construcción. El problema es que nosotros mismo participamos en la elaboración de las normas  y de alguna manera hasta ahora sentimos que estas eran casi nuestras “hijas” y nos arrogábamos el privilegio de saber cuando  podíamos cumplirlo o evadirlo, pero la ley no opera de esa forma, estemos o no de acuerdo. Además, el ingeniero tiene el deber ético de mantener sus conocimientos al día  y aplicar dichos conocimientos  en el desarrollo de proyectos. También es importante destacar que no solo debemos preocuparnos de la redacción adecuada de las normas, sino que, además, tener claro que es lo que queremos decir en términos técnicos.


¿Qué lecciones concretas dejó el terremoto del 27F?
Si bien nos dimos cuenta que, en términos estadísticos, los edificios se comportaron de manera excelente, eso no significa que no hubo fallas.
Analizando dichas  anomalías, nos dimos cuenta  que hubo ciertas áreas  de conocimiento que no estaban correctas. Las fallas se dieron por ciertas carencias normativas y soluciones de diseño, pero especialmente porque el comportamiento de los edificios en suelos  de mala calidad, que son muy  blandos, no estaban bien calibrados. Las fallas en el proceso de construcción siempre son compartidas y rara vez se deben a un solo factor. Es por  eso que los registros técnicos aportados tras el terremoto, que aun deben ser procesados por largo tiempo, demostraron  que había que llevar a cabo cambios importantes  en la normativa vigente. Afortunadamente, dichas modificaciones se ejecutarán rápidamente y luego de algunos cambios pertinentes, que en un principio elevaban considerablemente el valor de construcción de los edificios, hoy están  a punto de ser aprobados de forma definitiva.


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