En medio de la 15° Conferencia Mundial de Ingeniería Sísmica, desarrollada este año en Lisboa, Portugal, la delegación chilena que asistió a esa cumbre internacional recibió la importante noticia de que Chile fue elegido como país sede de la 16° Conferencia Mundial de Ingeniería Sísmica, a desarrollarse en cuatro años más.

Desde enero de 2012, la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica (Achisina) se había abocado a la tarea de postular a Chile como sede, trabajando arduamente para difundir los beneficios que podría tener un evento de esta naturaleza tanto a nivel país como para los profesionales del área de la ingeniería sísmica.

“Durante la sesión de la Asociación Internacional de Ingeniería Sísmica (IAEE) en Lisboa, una cantidad importante de ingenieros chilenos que había asistido a la XV WCEE esperaba lograr la tan anhelada sede de la próxima Conferencia, que será el 2016”, cuenta Patricio Bonelli, presidente de la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica (Achisina).

Entre los presentes había miembros del directorio de Achisina, así como los presidentes del Instituto de Ingenieros de Chile, de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) y de la Academia de Ingeniería de Chile. “La noticia de haber logrado la sede fue recibida con gran alegría, satisfacción y teniendo clara la gran responsabilidad que implica”, relata Bonelli.

¿Qué importancia tiene esta decisión para el país y la ingeniería nacional?

La Conferencia Mundial es motivo de reunión de más de tres mil especialistas de todo el planeta. Si bien el objetivo principal es reunirse para conversar en persona e intercambiar los conocimientos y avances en los temas relacionados con la ingeniería sísmica con académicos, investigadores y diseñadores de todo el mundo, también es una oportunidad de negocios, tanto para las empresas auspiciadoras del evento como para empresas de otros rubros, cuyos servicios son solicitados como consecuencia de la confluencia de un número importante de extranjeros que aprovechan esta ocasión para visitar el país.

Así, por una parte las empresas relacionadas con el rubro de la ingeniería pueden mostrar sus productos a los participantes de todo el mundo, la mayoría de ellos con poder de decisión en cuanto a los materiales y dispositivos utilizados en la construcción en países sísmicos, y las empresas de servicios como el turismo también se ven beneficiadas de este encuentro.

El que la conferencia se haga en Chile permite, además, divulgar los sistemas estructurales que hemos utilizado con éxito. Estando en una de las regiones de mayor sismicidad en el mundo, el número de víctimas por colapso de edificios modernos es prácticamente nulo, contrastando con los resultados de sismo similares o de menor intensidad en otras regiones del mundo.

La mayoría de las conferencias mundiales pasadas se realizaron en el hemisferio norte, siendo importante el costo de traslado desde nuestro país. Que la próxima conferencia sea en Chile disminuye los costos de traslado y posibilita la asistencia masiva de ingenieros chilenos y de países vecinos a esta oportunidad única de aprendizaje. En estas conferencias se reúnen los principales investigadores e ingenieros del mundo, mostrando y comentando los avances de la disciplina, y resultados de investigaciones experimentales hechas en grandes centros; se estudian terremotos de estructuras recientes y se comentan los nuevos métodos de análisis y diseño.

¿Respalda este hecho el trabajo que se ha venido haciendo en esta materia en Chile?

En cuanto a conseguir la sede, fue un desafío que se propuso el nuevo directorio de Achisina, al ser electo a fines de 2011. No fue una tarea simple, no sabíamos en ese entonces que deberíamos competir con grandes potencias, como EE.UU., Japón o Australia, que tenían razones poderosas para lograr la sede, como grandes centros de reunión, importantes avances tecnológicos y lugares de gran atractivo turístico. También postularon Turquía, Indonesia y Macedonia.

Creo que ayudó a conseguir la sede fue el hecho que no se hacía en Chile desde 1969, cuando se organizó la Cuarta Conferencia Mundial, con la presentación de 40 trabajos. Las siguientes se realizaron preferentemente en el hemisferio norte y en Nueva Zelanda; solo era necesario demostrar que teníamos capacidad de organizarla y muchas ganas de obtenerla, que fue lo que hicimos.

También tiene que haber ayudado la presencia chilena en todas las conferencias anteriores y en foros internacionales. Además, un número importante de ingenieros está participando activamente en otras reuniones internacionales, como seminarios, comités de normas y muchos han hecho sus estudios de posgrados en las mejores universidades del mundo. Y por supuesto, tiene que haber influido la cercanía con grupos de investigadores que están estudiando o han estudiado los efectos de los terremotos de 1985 y 2010, especialmente.

¿Contarán con el respaldo de las autoridades para la organización de este evento de nivel mundial?

Hemos conseguido el patrocinio oficial del Presidente de la República y del Ministerio de la Vivienda, lo que ha sido fundamental para haber conseguido la próxima sede de la Conferencia Mundial de 2016. Es muy importante, porque demuestra que la mitigación de los efectos de los terremotos es una decisión de gobierno.

Durante los próximos cuatro años se trabajará arduamente para lograr un congreso del mejor nivel en el año 2016, para lo cual dejamos cordialmente invitados a todas las universidades, empresas y profesionales del rubro a compartir sus ideas con nosotros.

Por nuestra parte, como asociación, mantendremos informados periódicamente a la comunidad ingenieril de los avances en materias de organización y de aspectos técnicos del 16WCEE.