Dentro de una propuesta de cinco nombres, este 2012 la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales AICE decidió distinguir a Mauricio Sarrazin como Ingeniero del Año, reconocimiento que le fue entregado el 9 de noviembre, en la cena de premiación que contemplaba el V Congreso de AICE, realizado en el Hotel Enjoy de Coquimbo.

Tras este premio se encuentra el reconocimiento de sus pares a una carrera que partió por allá por la década del 60, la cual ha demostrado mucho compromiso por la profesión.

“Me siento muy honrado, conociendo los antecedentes de quienes fueron premiados en años anteriores; aprecio mucho el reconocimiento de mis pares. Fue muy grato recibir el apoyo de los ingenieros estructurales más destacados del país, así como el caluroso saludo de amigos y exalumnos”, declara Sarrazin, recordando la noche “cálida y emocionante”, en que su señora Livia y el ingeniero Rodolfo Saragoni, amigo y socio en la empresa S y S Ingenieros, le dedicaron sus palabras de felicitaciones por ese momento.

Por ello, no se puede olvidar de su familia ni su señora al momento de dedicar este galardón: “En especial a mi señora, quien siempre me ha apoyado, a pesar de que muchas veces no les he dedicado el tiempo que debería”, dice. Y por supuesto, no puede dejar de lado a su alma mater, la Universidad de Chile, ni al Massachusetts Institute of Technology (MIT) y a sus profesores, donde se formó como ingeniero estructural.

Sin dar recetas mágicas para mantenerse tantos años y destacar en la profesión, simplemente porque a su juicio no existen, Sarrazin precisa que la clave está en tener ciertas condiciones naturales, entusiasmo al abordar los problemas, mucho estudio y dedicación, así como actuar en forma seria, sin olvidarse de la ética. “Es importante mantenerse al día en el desarrollo de esta disciplina en constante desarrollo”, precisa.

A continuación la conversación que Mauricio Sarrazin mantuvo con AICE, en la que abundan los recuerdos de una prolífica carrera y su visión sobre los desafíos del área.

¿Qué es lo que más destacaría de su carrera?

Recuerdo los trabajos hechos con el arquitecto Oreste Depetris en edificios industriales prefabricados, en los comienzos de mi vida profesional. También en aquel tiempo, año 1966, participé en la organización en Santiago, junto a profesores del  , del Simposio Panamericano del sistema computacional ICES (Integrated Civil Engineering System), que fue instalado en el flamante nuevo computador IBM 360 de la Escuela de Ingeniería.

Luego de ello, tuve el privilegio de permanecer tres años en Boston realizando estudios de Magíster y Doctorado, donde trabajé también en el desarrollo de algunos aspectos del subsistema STRUDL de ICES (Structural Design Language). Eran los inicios del análisis y diseño de estructuras con la ayuda de computadores. Luego, mi investigación se orientó al problema de interacción dinámica suelo-estructura en ingeniería sísmica, de gran importancia en ese tiempo para el diseño sísmico de reactores nucleares.

Varias de las materias aprendidas en el   fueron luego introducidas en la enseñanza de la ingeniería estructural en la Universidad de Chile.

¿Y qué es lo que más recuerda de su vuelta a Chile?

De vuelta a Chile y a través de nuestra empresa, participamos en el diseño de varias plataformas de explotación de petróleo del proyecto Costa Afuera de ENAP, lo que constituyó un gran desafío, pues por primera vez se hacía en Chile. Para ello hubo que desarrollar programas especiales de computación para poder abordar la complejidad del análisis, imposible de hacer manualmente por la envergadura de las estructuras y la gran cantidad de combinaciones de cargas que es necesario analizar.

En la universidad, investigamos en el modelamiento para el análisis sísmico de edificios altos mediante elementos finitos y modelos físicos a escala reducida, lo que condujo a recomendaciones para el desarrollo de modelos de análisis para este tipo de estructuras.

Luego, introdujimos en Chile el concepto de aislación en la base, construyendo con la colaboración del MINVU el primer edificio con aisladores de goma de alto amortiguamiento en el país, en el año 1992 (edificio de la Comunidad Andalucía). La red de acelerógrafos instalada en este edificio y en un edificio adyacente gemelo, pero sin sistema de aislación, ha per ido obtener valiosa información del comportamiento de este tipo de protección sísmica ante sismos pequeños, moderados e intensos. Experiencia similar se ha tenido con el puente Marga Marga de Viña del Mar, construido el año 1996, que también cuenta con aisladores entre la superestructura y sus cepas y estribos.

En la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile me correspondió ser director entre los años 1985 y 1989. Estuve a cargo de la recuperación de la Facultad de los daños del terremoto de 1985 y de la reforma de los estudios, en tiempos de mucha turbulencia política. Luego fui elegido decano entre los años 1989 y 1993, tiempo en que comenzó el repunte de la Facultad. Fueron tiempos complejos, de efervescencia estudiantil y grandes problemas, pero también de muchas satisfacciones.

Entre los años 1997 y 2000 fui nombrado por el Presidente Eduardo Frei como presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, organismo de gran relevancia para el desarrollo científico del país. Esta experiencia fue muy enriquecedora. Me per ió conocer la administración pública, la comunidad científica nacional y las organizaciones internacionales de ciencia y tecnología.

Por último, la formación de la empresa S y S Ingenieros, con mi socio Rodolfo Saragoni, ha sido un hito importantes en mi carrera profesional. A través de ella hemos participado en muchos de los proyectos de ingeniería más relevantes del país.

A su juicio, ¿cómo ha evolucionado la ingeniería estructural en los últimos años?

La ingeniería estructural ha tenido un rápido desarrollo. Hoy existe una acumulación extraordinaria de conocimientos y éstos se encuentran al alcance de todos en el espacio cibernético. El desarrollo ha sido tanto en aspectos conceptuales, tales como factores de mayoración y minoración en diseño (en vez de tensiones admisibles); conceptos de ductilidad y resiliencia; diseño por desempeño en vez de resistencia, etc., como también en nuevos materiales y métodos constructivos.

Las capacidades de las máquinas de construcción actuales hacen posibles nuevos sistemas de construcción. Pero tal vez el mayor impacto en los proyectos estructurales ha sido el advenimiento de computadores de gran capacidad al alcance de todos y los sofisticados programas de análisis y diseño disponibles. Hoy es posible, en computadores portátiles, realizar cálculos dinámicos de grandes estructuras en forma rápida y económica, per iendo refinar y optimizar los diseños. Es posible también considerar un gran número de combinaciones de cargas y realizar análisis no lineales, algo que hasta hace algunos años era imposible.

A su juicio, ¿cuál es el nivel de la ingeniería estructural chilena, en comparación con otros países?

El nivel de los ingenieros estructurales chilenos es muy bueno en el contexto internacional. Nuestros estudiantes, cuando se dirigen a realizar estudios de postgrado a las mejores universidades del mundo, prácticamente siempre lo hacen con éxito, gracias a la sólida formación básica que le han dado nuestras universidades. Sin embargo, con la actual proliferación de escuelas de ingeniería a nivel nacional, no todas suficientemente serias, existe el peligro de producir también ingenieros estructurales de bajo nivel. Una amenaza a la calidad de nuestros ingenieros es hoy la presión de las autoridades por acortar las carreras bajo el argumento de la eficiencia, sin considerar que cada vez se necesitan más conocimientos para poder ejercer responsablemente.

La calidad de los ingenieros estructurales chilenos les permite presentar trabajos y participar en los principales foros mundiales de la especialidad y publicar artículos en las mejores revistas científicas. En el área de la ingeniería sísmica, el buen comportamiento de los edificios chilenos ha llamado la atención de los especialistas extranjeros, al compararlo con lo que ocurre en otros países durante sismos de gran magnitud, como el terremoto del Maule de 2010. Es por ello que Chile fue seleccionado en la última Conferencia Mundial de Ingeniería Sísmica de la IAEE como sede de la conferencia N° 16 para el año 2016.

¿Cuáles son los desafíos que debe enfrentar el área?

El país se encuentra en pleno desarrollo económico, necesitando por ello construir muchas obras de infraestructura, como caminos, puentes, industrias, obras hidráulicas, plantas de energía, edificios públicos, viviendas, oficinas, colegios, universidades, obras portuarias; en todas las cuales la ingeniería estructural juega un rol fundamental. Y considerando que nuestro país tiene la mayor actividad sísmica del mundo, la ingeniería estructural debe ser del mejor nivel. Es importante, entonces, que nuestras universidades preparen los mejores ingenieros en el área, realicen investigación de alto nivel, aplicada a las necesidades nacionales y estén actualizadas con las últimas técnicas de protección sísmica. Es también importante que un número significativo de profesionales acuda a buenas universidades extranjeras para estar al día en el conocimiento universal en el rubro.

Tenemos la responsabilidad de actualizar la educación en ingeniería y de establecer mecanismos para uniformar la calidad de la enseñanza entre las diferentes escuelas, de manera de garantizar la calidad de los ingenieros formados en ellas. La formación ética y la responsabilidad profesional debe ser también parte de los programas de estudio.

Otra de las tareas importantes y que debe estar siempre presente es la actualización de las normas y reglamentos para llevar así a la práctica los avances del conocimiento.