Melón Hormigones: La retracción compensada toma terreno en Chile

Melón Hormigones: La retracción compensada toma terreno en Chile

La retracción compensada es una tecnología para desarrollar grandes paños de pisos sin juntas, que existe hace 30 años en Estados Unidos. Está enfocada en pisos de alto riesgo y de mucha dificultad de construcción. En Chile recién comenzó a ser incorporada hace unos nueve años y dado que el e-commerce está creciendo en Chile, el gerente general de Katemu, José Ignacio Poblete, visualiza que la construcción de bodegas debería seguir creciendo y, por ende, el uso de esta tecnología.
La tecnología partió en el país de la mano de Katemu, empresa que partió con un proyecto grande con Walmart. Ese fue un primer paso importante para que otras compañías que cuentan con centros de bodegaje para su operación comenzaran a conocer esta tecnología. Si bien su inicio en el país fue lento, “en la medida que la industria se ha ido volviendo más exigente por el tránsito de los equipos, se ha hecho cada vez más necesario utilizar pisos sin juntas, entonces la retracción compensada ha sido beneficiosa”, comenta José Ignacio Poblete.
Para masificar la utilización local de esta tecnología, Melón Hormigones fue clave. “El producto de Retracción Compensada denominado CONTINUA, ya había sido estudiado e implementado por Melón Hormigones, desde que conocimos el producto  y hasta hoy, nunca más hemos vuelto a utilizar otro hormigón”, explica Poblete.
En esta relación fue fundamental la manera de responder de Melón Hormigones frente a un servicio que puede ser crítico. “Necesitas excelente comunicación, una frecuencia excepcional, que no es común en la industria y un plan de respaldo ante cualquier eventualidad, que tiene que estar muy bien desarrollado. La pérdida es mucha por un día que no llegue el hormigón, es un riesgo muy alto, y Melón Hormigones lo entendió muy bien”, comenta.
Los beneficios
Las empresas que han optado por la retracción compensada para sus centros de distribución pueden ver distintos beneficios asociados, como la seguridad y la disminución del riesgo de accidentes. “En un centro de distribución grande habrán hoy 200 grúas que andan de lunes a sábado en tres turnos y sin parar, entonces si reduces las juntas en 92%, disminuyes en 92% la posibilidad de tener problemas y eso quiere decir que la operación del centro de distribución va a estar mucho más garantizada”, dice el gerente de Katemu.
Por otra parte, el construir pisos grandes y cuadrados sin juntas, entrega flexibilidad al edificio, puesto que es posible disponer los racks en el sentido que la empresa considere más óptimo para alcanzar una mayor productividad. “Otros pisos que han tenido tecnología para poder construirse sin juntas, no te permiten eso, porque se construyen normalmente en fajas, que están diseñadas para una sola cosa”, afirma Poblete.
Por otra parte, también es posible sacar trozos del pavimento para montar una romana, por ejemplo. A ello se suma que “al no tener cortes, el piso mantiene muy bien su horizontalidad en el tiempo y eso es muy bien valorado porque hay grúas que no pueden tener desviaciones en el piso, para poder trabajar a la altura que corresponde”, añade.
Los ahorros
“El piso de retracción compensada no es más caro, porque se paga con la operación”, asegura José Ignacio Poblete. De hecho, en Katemu han realizado estudios en base a la velocidad de operación de la grúa y han podido establecer que un operador puede perder un segundo por cada junta en mal estado que atraviesa. Si la máquina anda a 15 km/hora, en un centro de distribución se pueden perder tres días de operación solamente debido a un flujo más lento que entrega un piso con malas condiciones.
Además, otro elemento clave es el deterioro de las ruedas de las grúas, que pueden costar 700.000 pesos aproximadamente. “Si rompes una cada dos meses o cada un año, es muy distinto el presupuesto, porque un centro de distribución no tiene solo una máquina, puede haber 200, por lo que hay mucho dinero en juego”, dice.