Valdivia, una ciudad marcada por un terremoto

Valdivia, una ciudad marcada por un terremoto

Por Ricardo Arnes P., ingeniero civil estructural y socio de AICE

Valdivia, un 22 de mayo de 1960, vivió el terremoto más grande del planeta registrado. Nosotros como ingenieros estructurales entendemos bien y tenemos nociones de los datos técnicos de este evento sísmico. Tuvo una magnitud 9.5 y durante 10 minutos sacudió a lo largo de 1000 kilómetros la costa chilena. La cantidad de energía liberada equivale a 20.000 bombas de Hiroshima y causó un tsunami con olas de hasta 25 metros de altura. Los suelos bajaron entre 1.5 a 2 metros lo que provocó que las riberas del río Cruces se inundaran, creando humedales (lo que hoy se conoce como el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter), cambiando la configuración del sector por completo. El tsunami afectó también la costa oeste de EE. UU., Hawái, Filipinas y Japón.

Yo nací en Valdivia varios años después del terremoto. Mis papás se mudaron de Santiago a Valdivia porque mi papá pasó a formar parte del cuerpo de docentes de la Universidad Técnica del Estado (actual Facultad de Ciencias de la Ingeniería, de la Universidad Austral de Valdivia). Él, ingeniero civil tal como lo soy yo ahora, indirectamente me hizo estar ligado a la ingeniería desde que nací. Recuerdo haberlo acompañado a visitas técnicas a algunas edificaciones que él había diseñado y, evidentemente, observar la configuración de la ciudad con esa mirada, permite percibir lo bestial que fue el terremoto en Valdivia. Y no quiero ahondar mucho en lo técnico que tanto nos gusta como especialistas, pero haber vivido allá me hace reconocer que el terremoto está omnipresente en la ciudad hasta el día de hoy. 

Existen muchas historias ligadas a este evento. Historias de personas que conocí, abuelos o papás de compañeros de colegio, que vivieron y recuerdan con temor ese momento. Es más, hay veces que el recuerdo del terremoto está presente y no se dice nada. Fue tan grande que no solo Valdivia fue afectada y, con todo derecho, comunas cercanas discuten por qué se llama “terremoto de Valdivia” cuando ellos también sufrieron este sismo. Recuerdos olvidados de todos los problemas sanitarios días después de ese 22 de mayo, donde no había agua potable y no disponían del nivel de tecnología para comunicarse, como lo que tenemos hoy. Se generaron redes de apoyo a la comunidad, todo el país se movilizó en ayudar a la zona afectada y también hubo ayudas humanitarias de otros países conmovidos por los relatos de extranjeros que vivieron el movimiento, se recibió ayuda desde EE.UU. y aportes peculiares, como los té desde la India. Sin duda, el terremoto está lleno de historias desconocidas y marcó a una ciudad completa para siempre.

El lunes 26 de abril de 2021, falleció Rodrigo Camino Sánchez (Q.E.P.D.). Puntaje nacional en matemáticas (específica) en la PAA y titulado de ingeniero civil en la Universidad de Concepción. Fue el primer director de Obras Hidráulicas del MOP en la Región de Los Ríos, entre los años 2008 y el 2011. Rodrigo tuvo un fatal accidente mientras desempeñaba sus funciones de ingeniero, realizando mediciones de caudal en el Río Bueno (La Unión). Varios años han pasado desde que egresamos del colegio. Él era padre de tres hijos y formó su familia siendo joven. Yo me casé adulto y quería que supiera de mi felicidad por ser padre. Lo llamé por teléfono, conversamos y acordamos reunirnos cuando él viajara a Santiago o cuando yo viajara a Valdivia. Ese encuentro nunca sucedió, porque la llegada del Covid19 no permitía viajar. Hoy, en calma, veo su accidente repentino como una lección de vida, como su última enseñanza, otra más y más importante que todos sus consejos que él me brindara en el recreo del colegio antes de entrar a prueba de matemáticas. ¡¡¡Vuela Alto Rodrigo!!!

Valdivia es parte de mi historia y aunque no esté viviendo allá, es parte de mi pasado y presente.