Opinión: Es urgente masificar la industrialización en la construcción

Opinión: Es urgente masificar la industrialización en la construcción

Por Ian Watt, director de AICE

Cuando se trata de la salud, tenemos que estar dispuestos a innovar en soluciones para poder llegar a cubrir la infraestructura necesaria para que Chile y sus habitantes puedan contar con los espacios necesarios en toda la extensión del país. Esto se ha hecho más evidente que nunca con la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Covid-19.

En este escenario particularmente difícil, en el que necesitamos soluciones rápidas y eficientes, una de las mayores innovaciones que podríamos aplicar es la construcción industrializada de este tipo de infraestructura.

Las ventajas de construir industrialmente hospitales son las mismas que para cualquier otra estructura. Pero en el caso de un hospital, el beneficio para el Estado es la posibilidad de reducir plazos de construcción de manera significativa, con la consecuente entrada en operación de la infraestructura lo antes posible.

Sin embargo, hoy existen barreras para el uso de construcción industrializada en hospitales en Chile, principalmente porque estos elementos frecuentemente están prohibidos en las bases y criterios de diseño. Y en los pocos casos en que no están directamente prohibidos, la mayoría de los licitantes evita incluirlos por una preocupación de que se rechacen las soluciones posteriormente.

Por ejemplo, este año algunas de las bases señalan que elementos estructurales como pilares, muros y losas, deberán fabricarse in situ no permitiéndose elementos prefabricados en la súper y subestructura. En este ámbito, una prelosa puede funcionar como moldaje, lo que ahorra piezas y plazos en la construcción. Podríamos a lo menos avanzar en que las losas fueran prefabricadas.

A ello se suman otras dificultades, como la falta de integración temprana de proyectistas capaces de influir en elegir las opciones industrializadas desde la etapa conceptual. También hay una tarea de difusión importante que realizar, para que los casos de éxito nacionales se hagan visibles. Finalmente, hay que mejorar la articulación entre el mundo público y privado, para reducir las prohibiciones a soluciones que pueden traer beneficios importantes.

Por ejemplo, en el caso del Hospital Quillota-Petorca, que tuvo un nivel de industrialización menor, como sistemas de aislación sísmica, losas alveolares y pre-losas colocadas sobre el nivel de aislación, los anteproyectos no consideraban el uso explícito de losas prefabricadas, por lo cual para evitar potenciales conflictos contractuales su uso se limitó solo a la losa adicional que se generó al mover el nivel de aislación desde el cielo del subterráneo, a una solución basal de aislación.

Y en términos del montaje, la principal complejidad se produjo porque la autorización para considerar el uso de estos elementos, se obtuvo sólo tardíamente en el proceso de diseño. Idealmente cuando hay construcción industrializada la estructura se acomoda para beneficiar los rendimientos de los elementos prefabricados, para poder explotar al máximo los aumentos de rendimiento en tiempo y materiales que estos pueden proveer. Pero, en este caso, solo fue posible incorporarlo al final, sin la posibilidad de optimizar las modulaciones estructurales. Como en todo proyecto, se resolvió con una buena coordinación entre el equipo de diseño, el departamento técnico de la constructora y la asesoría de proveedores técnicamente capacitados

Por ello, se hace necesario, por una parte, desarrollar mayor conocimiento generalizado, para que más proyectistas puedan considerarlo como una alternativa válida, y, por ende, no descartar su uso simplemente por desconocer cómo desarrollar proyectos de manera práctica de este método. El tema de sismorresistencia es la principal preocupación, pero normativamente hay soluciones para esto.

Y, por otra, si bien en el mundo de la vialidad, la construcción industrializada ya es una realidad, hace falta que otros ministerios, además del MOP, empiecen a incentivar su uso. En Chile, pese a que aún hay bases de diseño que prohíben estos métodos, tenemos que dar un paso más y definir su aplicabilidad explícitamente, para que no sean descartados a priori por los diseñadores.

Finalmente, además de hospitales es hora de impulsar la solución modular, la prefabricación y la estandarización en viviendas sociales, pues debido al déficit habitacional, aumentar la productividad es urgente. La demanda por vivienda en nuestras ciudades crece, y encontrar soluciones es de la mayor prioridad.