29 Jul 2020 Opinión: Adaptarse con innovación a un ambiente cada vez más competitivo y exigente
Por Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo
La emergencia sanitaria causada por el Covid-19 nos obliga a acelerar a fondo cuando tenemos la oportunidad de entrar a las obras entre cuarentenas. A ello se suma que, una vez superado esta difícil época, la economía buscará recuperar sus pérdidas, lo que conllevará una gran cantidad de trabajo para las obras retrasadas.
Todo ello refuerza la urgencia de ser más eficientes en nuestros procesos, mejorando la productividad al máximo posible, lo que equivale a eliminar completamente tiempos muertos en obra, secuenciar partidas, integrar especialidades e intensificar el uso de herramientas digitales.
Con todo, esta pandemia nos dejará muchas lecciones. Necesitamos aprovechar mejor las tecnologías de información, la manufactura avanzada e intensificar los procesos de certificación de mano de obra especializada. Esto incluye a todos los agentes de la cadena de valor, incluyendo la tramitación digital de permisos de obra, la planificación, la coordinación con proveedores y logística de obras, además de nuevos factores a considerar en cuanto a higiene y seguridad laboral.
Ya hay diversas empresas, así como instituciones públicas y privadas que hoy forman parte del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025, al cual la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) se ha sumado como entidad patrocinadora.
A través del CCI y de Construye2025, estamos trabajando en eliminar barreras, derribar mitos, resaltar ventajas y difundir casos de éxito, junto con desarrollar metodologías de control y medición, que permitan ser más autoexigentes en los resultados de nuestras obras. Asimismo, se está trabajando desde hace algún tiempo ya en desarrollar la normativa necesaria, establecer estándares y habilitar la interoperabilidad entre distintos materiales y sistemas constructivos, para lograr obras más híbridas con foco en calidad y eficiencia.
Contamos con la tecnología, el conocimiento necesario y la capacidad productiva. La productividad de la construcción ha estado estancada por 25 años ya, por lo que no podemos seguir pensando que seguir haciendo las cosas como siempre es sostenible.
Hoy, en un ambiente cada vez más competitivo y exigente, es fundamental innovar y adaptarse, dedicar tiempo y recursos para buscar alternativas que permitan mejorar resultados, compartir aprendizajes y difundir casos de éxito. Quienes han emprendido ya este rumbo saben que el camino es claro y llega a resultados.
Personalmente, creo que las mayores ganancias de la construcción industrializada están en la reducción del riesgo, la mayor precisión en la estimación de costos y plazos, y una mejor entrega final, con una post-venta minimizada. Todo eso, en conjunto, significa un mejor resultado económico para todos quienes intervienen en el proceso, evitando desperdiciar tiempo y recursos que son cada vez más escasos y valiosos.