Siderúrgica Huachipato presentó innovaciones constructivas, reparación de hormigón armado y actualización de normativas

Siderúrgica Huachipato presentó innovaciones constructivas, reparación de hormigón armado y actualización de normativas

El uso de acero de alta resistencia entrega varios beneficios, entre los que destacan la disminución de los tiempos de construcción, costos y accidentabilidad.

La innovación en construcción ha permitido un avance importante del rubro luego de más de 20 años de estancamiento. Con el objetivo de mostrar estos avances, Siderúrgica Huachipato, en conjunto con AICE, organizó la charla “Innovación en Construcción y Reparación de Estructuras de Hormigón Armado”.

La instancia estuvo a cargo del Dr. Victor Aguilar, profesor Asistente en la Universidad San Sebastián e Investigador Visitante en Auburn University, USA, con su exposición “Nuevas alternativas de refuerzo para hormigón armado”, y de Luis Alberto Castro, gerente de Negocio Construcción en Siderúrgica Huachipato, con el tema “Aplicación en proyectos de infraestructura y actualización en normativas”.

Durante su ponencia, el Dr. Aguilar explicó las nuevas alternativas de refuerzo de hormigón armado, dentro de las que destacó las barras de acero de alta resistencia, siendo una de sus ventajas la disminución de la congestión de armaduras; tiempo de construcción, exposición de los trabajadores a accidentes, aumentando la seguridad en la industria y por último, un ahorro económico, utilizando de manera eficiente el producto, menos acero y menos transporte.

El profesor Aguilar presentó varios casos de aplicaciones de acero de alta resistencia en edificios y puentes. Por ejemplo, el caso del Puente Jackson School Road Bridge de Oregon, donde se requerían 66 toneladas de acero grado 60 (420 MPa) y se reemplazó por acero de alta resistencia, acero grado 80 (550 MPa), utilizando 55 tons, es decir, un 17% menos de material. 

Otra de las alternativas son las mallas de barras electrosoldadas de alta resistencia, que ya están en Chile, como las mallas electrosoldadas A630S, cuya norma asociada a su aplicación es la NCh 3335 y se incorporará en la nueva edición de la NCh 430.

Para estructuras que deben durar mucho años, con muy poco mantenimiento como puentes y puertos, una alternativa es el acero inoxidable. Aguilar también comentó sobre los beneficios de los polímeros reforzados con fibra de vidrio y las barras de aleación de titanio, que pueden resultar en soluciones más económicas que la fibra de carbono, ya que se necesita menos cantidad. Explicó que aún están en proceso de investigación, realizando un estudio en Auburn University, para el uso de barras de titanio en reparación de vigas. 

Para finalizar su exposición, el académico de la USS mencionó que las micro y macro fibras, también sirven para reforzar el hormigón. Las macro fibras o fibras estructurales, están destinadas a resistir cargas y por lo tanto se utilizan para reemplazar el refuerzo tradicional de acero. Por su parte, las micro fibras se utilizan para minimizar el agrietamiento en las primeras edades del hormigón. “La ACI 544, dice que estas fibras pueden mejorar las propiedades del hormigón, como su resistencia a la tracción y a la compresión, aumentar el módulo elástico, la durabilidad, aumentar la resistencia al impacto y abrasión, incluso la resistencia al fuego”, puntualizó.

Actualización en normativas

Luis Alberto Castro centró su ponencia en la norma NCh 204, su actualización e incorporación de nuevos aceros de alta resistencia.

Como punto de partida, el ingeniero señaló que hoy “la congestión en elementos constructivos puede ser un problema que afecta el diseño y la correcta instalación del hormigón, y el acero de alta resistencia nos ayuda a solucionar esta problemática. Por medio de la microaleación, es posible aumentar la resistencia, ductilidad y capacidad de absorción de energía de las barras, rompiendo el mito de que a mayor resistencia de las barras, éstas pierden ductilidad. Acá demostramos que ganan en ductilidad”.

La NCh 204, que recientemente entró en vigencia, permite el uso del acero de alta resistencia, ya que incorpora dos nuevos grados de acero: el A700-520H y A730-550H, permitiendo a la ingeniería estructural sacar más provecho a la resistencia del acero. Además, incluye nuevo diámetros, de 50 mm y 60 mm, para optimizar su uso, reduciendo el problema de congestión de barras.

Otro de los cambios de esta nueva edición es que establece la composición química del acero con el que se fabrican las barras. Castro señala que este punto es importante, “ya que existen rangos en lo que se mueven los elementos químicos más importantes de la aleación de acero, que pueden alterar su prestancia estructural”. Asimismo, incorpora un mayor control en el enderezado de barras a partir de rollos, dando una mayor garantía a la hora de comprar estos productos.

Con el fin de asegurar el adecuado comportamiento de estructuras sometidas a cargas sísmicas, se limitó el valor máximo real medido de la tensión de fluencia en tracción a no más de 125 MPa sobre la tensión mínima admisible de fluencia, algo que se estaba buscando hace tiempo.

Ambos expositores coincidieron en que los beneficios del uso de acero de mayor resistencia son la disminución de mano de obra, mayor espacio útil, menos pilas y excavaciones, ahorro de hormigón, menos movimiento de materiales en obra, menos camiones, menos residuos, disminución de la huella de carbono, entre otros.

En Chile, ya hay proyectos que se están realizando con acero de alta resistencia, como el Puente Canal de Chacao y en 2022, comenzará la fabricación del Puente EFE Bío Bío.