Vladimir Urzúa: “Es importante que otros colegas se dediquen más a diseñar en hormigón prefabricado”

Vladimir Urzúa: “Es importante que otros colegas se dediquen más a diseñar en hormigón prefabricado”

Con más de 25 años de experiencia en proyectos industriales con sistemas de hormigón prefabricado, el socio de AICE Vladimir Urzúa ve necesario que más colegas se atrevan a aprender de industrialización para que las estructuras se vean favorecidas con los beneficios de estos sistemas.

Vladimir Urzúa ingresó a la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales el año 2020, con el objetivo de potenciar nuevos sistemas estructurales basados en industrialización para mejorar la calidad y productividad. La fecha de su incorporación coincidió con el inicio de la pandemia, cuando el aforo en las obras también bajó. Por ello, “como efecto colateral tomó mucha fuerza la industrialización, para poder optimizar los procesos constructivos y bajar la población flotante de las obras. Fue una coincidencia, nadie lo estaba buscando”, dice el ingeniero.

Y agrega que también fue una buena coincidencia, “por el riesgo operacional que significa tener mucha gente en obra, mientras más personas, más riesgo, más posibilidades de accidentes, y es más difícil el control de la gente”.

Este año, nuevamente ha sido invitado a presentarse como expositor del 3er Congreso Iberoamericano de Hormigón prefabricado, que se realizará entre el 4 y 6 de julio, en Guatemala. “Iré en representación de AICE, para potenciar y forjar lazos con países que manejan bien la técnica de este sistema constructivo”, dice.

 ¿Cuántos años llevas trabajando con sistemas prefabricados?

Muchos, porque me fui a estudiar un posgrado a España el año 1997, y ahí estuve estudiando un año en Barcelona, el sistema de hormigón prefabricado. En los últimos 20 años se han comenzado a utilizar bastante los sistemas prefabricados, lo bueno es que ahora último han ingresado a sectores industriales, a la minería sobre todo muy fuerte. De hecho, hoy Codelco exige que al menos el 20% de los hormigones de sus proyectos sean prefabricados.

¿Cómo ves el nivel de la ingeniería estructural en el país?

Excelente. Los sismos más destructivos a nivel mundial los tenemos en Chile y hay mucho reconocimiento a nivel internacional de la calidad de nuestra ingeniería, en nuestra empresa desarrollamos ingeniería para México, Colombia y Perú. Entonces, hay bastante reconocimiento y respeto de los colegas de otros países hacia lo que desarrollamos en Chile.

En otros países que pertenecen al cordón de fuego del Pacífico, por ejemplo, Estados Unidos, Japón y otros, hay mucha información técnica y se está potenciando mucho el uso de sistemas de hormigón prefabricado, junto con aislación sísmica, y ha dado muy buen resultado. Además, como estos países son desarrollados, tienen una gran cantidad de laboratorios para hacer ensayos, incluso de escala 1:1, para poder ensayar edificios con conexiones prefabricadas, tales como conexiones dúctiles, fuertes entre otras y se ha generado bastante información técnica que se ha ido aprovechando.

Y en ese sentido, ¿en qué nivel se encuentra la normativa al respecto?

El hormigón prefabricado logró entrar como sistema estructural a la NCh2369, que está oficializada desde el año 2003. Y en las primeras reuniones incorporamos bastante información para que fuera incluido como sistema estructural, no nos olvidemos que antiguamente toda la parte industrial, minera estaba fuertemente dominada por el acero, no había plantas de hormigón prefabricado ni grandes plantas de hormigones de alta resistencia como ahora que ya es bastante normal tener ese tipo de hormigones. Por eso se ha industrializado mucho ese sector.

A tu juicio, ¿falta aún incorporar más sistemas prefabricados en el área industrial?

Falta que otros colegas se dediquen más a diseñar en hormigón prefabricado, hay bastante información técnica, pero cuando a uno lo sacan de su zona de confort es más complejo, porque hay que volver a estudiar, o partir de cero en algunas cosas, pero creo que siempre es bueno que nuevos colegas, gente con bastante experiencia, estén dispuestos a hacer un cambio de mentalidad, a ocupar estos sistemas estructurales.

También se debe conocer más sobre el comportamiento de hormigones de alta resistencia G50 @ G70.

¿Qué desafíos enfrenta la profesión en el área industrial?

En el área industrial quedan muchos desafíos por delante, y uno de estos es potenciar el uso de hormigones prefabricados de alta resistencia, ya que históricamente este sector ha sido controlado por las estructuras de acero.

El hormigón prefabricado posee muchas ventajas sobre la estructura metálica, tales como resistencia al fuego, no requiere mantención, es más resistente frente a ambientes salinos y condiciones agresivas.

Hoy, con la larga sequía que sufre nuestro país, urge el diseño y construcción de plantas desaladoras y aquí el sistema de hormigón prefabricado es fundamental. Hace un par de años diseñamos la planta desaladora de Mejillones.

¿Está preparada la profesión para el diseño de prefabricados?

Hoy en día sí, ya que hay varios profesionales de excelente nivel que están potenciando este sistema estructural. Además, hay mucha información técnica en los actuales códigos de diseño sísmico y una gran batería de ensayos bajo cargas cíclicas desarrollados en Japón, EE.UU. y Nueva Zelanda, entre otros.

En el ICH hemos dado ya tres cursos, en los cuales he presentado el manual de diseño con bastantes casos reales y hay buena aceptación por parte de los colegas, incluso jóvenes muy inteligentes que están desarrollando varios proyectos en hormigón prefabricados y les gusta, porque no vienen con ningún sesgo técnico, entonces están abiertos, son mucho más “open mind” que cuando has estado toda tu vida en estructuras metálicas y a los 50 años te piden diseñar otro sistema estructural, cuesta un poco que la gente haga ese cambio.

Pero la evolución no solo va por hormigón prefabricado, también hay nuevos diseños de losas de fundación, losas para Truck shop en la minería, están ocupando fibras de acero, la famosa fibra Dramix, que se ha usado mucho tiempo en otros países y acá ya la estamos usando para poder bajar las cuantías de acero tradicional, eso también es una gran optimización en costo y plazo.

¿Han comprobado el mejoramiento de los plazos de entrega en los proyectos con sistemas prefabricados?

Según la información que tenemos de todas las constructoras que hemos asesorado, en términos generales, al usar hormigones prefabricados con conexiones húmedas realizadas in situ, se puede ahorrar entre dos a tres meses en comparación a una obra tradicional. Si una obra está estimada en un plazo de 15 meses, se podría terminar en 12 o 13, y eso es un beneficio porque hay una disminución en los gastos generales de la constructora, hay un valor acotado porque compran a un prefabricador que es un subcontrato, que se conoce la información, no hay sorpresas en el camino, no depende de la contingencia de la lluvia ni del calor, porque esto se está prefabricando en una planta industrial, y las condiciones de temperatura y humedad son muy beneficiosas, porque hay mucho control, no existe el concepto de grietas ni fisuras, que sí ocurre en la obra in situ por un mal control o mal vibrado del hormigonado o proceso de curado.

Lo otro es que como son hormigones de alta resistencia, se pueden optimizar los espesores equivalentes y con eso disminuir la masa sísmica del edificio, que eso también nos ayuda.

Y en términos de costos, ¿es más caro construir con estos sistemas?

Comparado a nivel de costo directo con el hormigón in situ es un poco más caro, pero no tanto más, entre un 10 y 15% más, lo que se compensa con el menor plazo de la construcción y con la disminución de la población flotante en obra.

¿El resto de la cadena está preparada para masificar la prefabricación?

Sobre todo los inversionistas extranjeros que conocen mucho este sistema, piden muchas cotizaciones de hormigones prefabricados, ha ganado mucha fuerza porque la estructura metálica, debido a la protección ignífuga que tiene que proveer a sus estructuras, es muy cara, y hay que realizar mantención cada 3 a 5 años, y por lo general, ningún mandante hace esa mantención. Entonces, llega el momento del siniestro y los hechos han demostrado que la protección intumescente no es suficiente, porque se vio para el estallido social, por ejemplo, que muchos galpones colapsaron completamente, la pintura fue solo un mero retardante, pero el colapso ocurrió igual. También hubo incendios en estructuras de hormigón prefabricado y se dañaron, pero no colapsaron, lo que es un beneficio extra.

¿Qué mensaje tienes para los socios de AICE?

Queremos potenciar los sistemas industriales de hormigón prefabricado e internacionalizar este gremio, dado el buen pie que tenemos como ingeniería en el extranjero. Vender ingeniería nos haría muy bien a nivel país.